Una de las dificultades iniciales, que surgen a la hora de afrontar el TFE, se identifica con la elección del tema sobre el que se pretende investigar. Son múltiples las dudas que pueden aparecer a la hora de seleccionar un tema que pueda resultar adecuado. Un recurso interesante puede ser recurrir a plataformas como ScienceDirect, Proquest o Emerald Journalsque facilitan la consulta de otros trabajos similares y de revistas donde se pueden localizar artículos académicos y libros electrónicos que permiten documentar de modo adecuado un trabajo. A la hora de plantearse la elección del tema del TFE, deben barajarse varias alternativas cercanas a las preferencias del estudiante. Conviene realizar una relación de temas que puedan ser interesantes, originales o que puedan servir de apoyo para futuros proyectos profesionales. Deben seguirse líneas acordes con la formación seguida. En el supuesto de que se planifique la realización de un posterior TFM, o una futura tesis doctoral, es el momento de sentar las bases de una especialidad. La decisión, por tanto, es bastante relevante si deseamos aprovechar de modo conveniente el tiempo y el trabajo realizado. El TFE puede ser útil para definir el futuro profesional afianzando la capacidad analítica, el dominio de las fuentes, el empleo del método de trabajo o la capacidad para reflexionar y actuar de forma autónoma. En el supuesto de que existan dudas, suele ser relevante atender las recomendaciones del tutor. En ocasiones, debido a la inexperiencia, se suele optar por temas amplios en exceso, que exceden los propios límites o extensión del TFE o, por el contrario, se opta por una cuestión, demasiado reiterada o común, sin aportar ninguna perspectiva relevante o útil. También se ha de considerar qué materiales se encuentran a disposición del investigador, o la viabilidad de acceder a las fuentes necesarias para la realización del trabajo. Si las fuentes dependen de permisos o condiciones inaccesibles se deberá descartar el propósito de inicio. El tema elegido debe ofrecer motivación. Puede pensarse en eventuales salidas profesionales y en aquella especialidad que pueda resultar más atractiva. Será el primer paso para buscar la especialización deseada, de modo que, el TFE puede ser una excelente carta de presentación. No se ha de temer la elección de un tema inusual o realizar un trabajo diferente. No todos tienen por qué ser investigaciones; en muchas ocasiones, un trabajo práctico se ajusta más a la formación recibida. Ello proporcionará más motivación. Dedicar horas y horas a una temática con la que no hay sintonía condicionará, de forma negativa, la calificación, ya que el trabajo no se hará con el mismo entusiasmo. Resulta provechoso enfrentarse a la elección del tema del TFE sin miedos, procurando sumergirse de lleno en el proceso. Cuanta más pasión pueda vincularse al tema elegido, mejores resultados se alcanzarán en los distintos niveles, tanto personal como académico. Se ha de tener presente que la motivación es una herramienta de la que no se debe, ni se puede, prescindir en el trabajo. La línea de investigación suele proyectar alguna materia específica que haya sido tratada en los contenidos de las asignaturas cursadas, aunque también puede coincidir con alguna de las líneas de investigación, o materias temáticas, seguidas en alguno de los departamentos que hubieran intervenido en la programación del grado o máster. Ello no impide que el propio interesado pueda realizar propuestas opcionales que puedan ser tomadas en consideración por el profesor que tutorice la actividad. _________________________________________ El tema elegido debe activar desde la perspectiva emocional pero también debe ser novedoso y aportar un «beneficio» a la sociedad __________________________________________ Téngase bien presente que un criterio crucial para el buen fin del proyecto reside en la elección adecuada de la materia objeto de investigación. La elección de un tema sugerente, que interese al investigador, que lo motive y lo lleve a la acción resulta esencial para mantener viva la tensión necesaria para desarrollar y completar la tarea. Hay quien, desde el minuto uno, ha visualizado el tema que desea tratar lo cual resuelve una incógnita crucial para el abordaje del problema. En otro caso, de persistir las dudas, se debe aceptar alguna de las propuestas que realice el tutor del trabajo, evitando dilaciones indebidas que pueden resultar devastadoras para el resultado final del trabajo. Resulta muy común que los planteamiento iniciales que se hagan varíen o se maticen a lo largo de la ejecución de la investigación, bien como consecuencia del acercamiento directo a la materia de estudio, o bien como consecuencia de una reflexión teórica más profunda derivada de un conocimiento más certero extraído de la información obtenida (Pastor, 2016). Resultará positivo el conocimiento de las distintas opciones que aparezcan para poder adoptar una decisión relativa a la materia a tratar. Deben conocerse los matices que diferencian las diversas opciones para poder decantarse por la que resulte más adecuada. Al escoger la tipología de trabajo, también resulta conveniente delimitar los elementos que la integran, pues un ámbito de estudio demasiado amplio determinará el fracaso anticipado de la propuesta. No resulta una buena opción una materia de contenido demasiado prolijo, pues quedaría muy limitada la posibilidad de profundizar en los aspectos concretos que aporten exhaustividad y valor al estudio acometido. La elección de la materia a investigar debe resultar, en cualquier caso, no sólo del agrado del investigador. Debe ser pertinente en el sentido de que el objetivo no puede ser nunca un mero extracto, o resumen, de lo que otros han elaborado; debe proyectarse en el trabajo una finalidad marcada, de modo que, a través de un posicionamiento crítico se debe buscar un avance en la materia tratada, una perspectiva original o una propuesta relativa al enfoque investigador con el que se trata la cuestión. El investigador no puede nunca ocupar la postura del observador pasivo que retrata o reproduce la realidad. Debe ocupar la posición de quien observa una situación problemática y tiene de fondo el horizonte social. El objetivo final debe incorporar una aportación mínima que debe introducir, en mayor o menor grado, la intención de ofrecer una mejora en la sociedad o aportar algún beneficio. De otro lado también debe tenerse presente el carácter novedoso de la materia tratada. Un tema agotado suele recibir limitadas respuestas empáticas y, sobre todo, escasas propuestas que puedan parecer relevantes u oportunas. Cuanto más novedoso sea el tema elegido, más opciones tendrá de resultar bien acogido. El pulso de esa elección se puede medir en términos de actualidad. Y si responde de modo positivo a alguna de las siguientes cuestiones, tanto más certera habrá podido ser nuestra elección: _________________________________________ El tema elegido: ¿Ha tenido eco en los medios de comunicación? ¿Hay alguna investigación pionera relacionada que haya supuesto un avance para la sociedad? ¿Existe inquietud social por la temática suscitada? ¿Puede incidir de forma directa o indirecta en el entorno local o profesional en el que te encuentras? ¿Puede aportar algo para mejorar las relaciones sociales, la convivencia o algún aspecto de nuestra vida o actividad profesional? __________________________________________ A la hora de perfilar la decisión definitiva se debe también tener presente el caudal de información que se puede recopilar. Resulta adecuado a este respecto realizar un sondeo previo acerca de la información existente en prensa, artículos de revistas especializadas, o la información bibliográfica, o la existente en bases de datos. Este primer acercamiento nos podrá aclarar si dispondremos de una información completa y exhaustiva, o bien si el tema propuesto ha ocupado un papel residual en el ámbito investigador. También resulta prudente meditar acerca del enfoque que se va a proponer para la cuestión tratada. Hay propuestas que no «encajan» en el limitado corsé que puede ofrecer un TFE, dado que requerirían tiempos muy prolongados de investigación y estudio (González, 2014). Es por ello que, aunque se parta de una idea genérica, debe acotarse la materia de estudio para que no resulte inabordable en su desarrollo. Una vez que las opciones hayan quedado limitadas a uno o dos temas, antes de comenzar, se debe constatar la cantidad de material de apoyo que pueda localizarse. A partir de ahí se debe insistirse en una idea final: ________________________________________ Cuanto mejor se haya concretado el tema elegido, más posibilidades habrá de manejar y tener controlado todo el proceso de elaboración del trabajo __________________________________________